¡Diciembre ya está aquí! y no podemos dejar de pensar en lo rápido que se nos ha pasado el año. Toca hacer balance, y en nuestro caso no puede ser más positivo. Hace 3 años que decidimos complementar el catering con nuestro sueño de crear una escuela de cocina, basándonos en una idea en la que creemos firmemente: “aprender disfrutando”. Por eso pensamos que cuando alguien elige invertir en un curso de cocina, lo importante no son las recetas en sí (San Google nos provee de todo lo que podamos imaginar), sino la experiencia en sí misma. Un profesor con conocimientos, que además tenga la capacidad de crear buen ambiente para convertir lo que podría ser un mero aprendizaje de recetas en lo más parecido a una cena divertida entre amigos, en la que aún por encima aprendemos sobre algo que nos apasiona: cocinar. Resulta muy enriquecedor cuando leemos vuestro feedback en facebook o instagram, y nos da la sensación de ir por buen camino. Nuestro objetivo es seguir trabajando para pulir pequeños detalles, y para eso es muy importante contar con vuestra participación. Sin vosotros, nada de esto sería posible y sois el motor para que queramos crecer cada día un poco más. En las próximas entradas del blog, os adelantaremos sorpresas que tenemos preparadas para este nuevo año que entra, pero de momento, vamos a centrarnos en diciembre, y en la receta 🙂
En esta ocasión nos hemos decantado por un dulce típico navideño italiano, que os puede dar mucho juego para adornarlo con motivos de fiesta. Se trata del pandoro, que junto al panettone tienen un hueco muy importante en las mesas de todas las familias italianas por estas fechas. La elección va por gustos, ya que en el caso del panettone se parecería a un pan dulce con pasas y frutas confitadas, mientras que el pandoro sería más parecido a un bollo dulce tipo brioche, sin relleno. La historia del pandoro se remonta a la rica Venecia del Renacimiento, en cuyos abundantes banquetes se servían estos dulces cubiertos de hojas de oro, aunque fue en 1884 cuando se patentó su nombre y la receta tal y como la conocemos hoy en día. Su forma cónica de ocho puntas lo hace inconfundible, y aunque existen recetas originales muy laboriosas en cuanto a tiempos de reposo y cocción, en este caso os traemos una receta un poco más sencilla para una primera toma de contacto, aunque igualmente os advertimos que tendréis que ser pacientes. Más adelante, si os gusta el resultado, podéis probar con prefermentos y masas más elaboradas, y contarnos vuestra experiencia. Como veréis, puede ser un complemento dulce perfecto para un buen menú navideño, como el que os sugerimos en nuestro curso especial Navidad, por si queréis ser originales y todavía estáis un poco perdidos con el menú de estas fechas tan especiales.
Esperamos que lo disfrutéis, y sobre todo, que nos contéis vuestra experiencia si os atrevéis a hacerlo ;). Vamos con la receta:
[ultimate-recipe id=”7193″ template=”default”]